

Una brújula existencial para el ser humano
En un mundo saturado de información, estímulos y exigencias, el ser humano se encuentra muchas veces desorientado existencialmente. La velocidad, el rendimiento y la apariencia han desplazado a preguntas esenciales como: ¿quién soy realmente?, ¿qué sentido tiene mi vida?, ¿cómo puedo vivir en armonía?
Ante este vacío de referencias vitales, en el Volumen IV de mi “Tratado Existencial”, titulado Sapiens Top Model, propongo un modelo existencial integral (MEI) que busca recuperar el conocimiento esencial sobre nuestra condición como seres humanos. Lejos de modas o enfoques simplificadores, mi propuesta ofrece una guía estructurada y actual para vivir con plenitud y sentido.
En tiempos de incertidumbre y fragmentación, este modelo se presenta como una brújula existencial capaz de orientarnos hacia una vida más consciente, ética y plena. Porque, la clave no es solo vivir… sino aprender a SER.
A diferencia de otros enfoques que reducen al ser humano a una sola dimensión (biológica, psicológica, económica o incluso espiritual), el MEI parte de una visión holística del ser humano, entendiendo que nuestra existencia se sustenta en tres dimensiones fundamentales e interdependientes, como ya he explicitado: la dimensión biológica, la sociocultural y la espiritual.
Por tanto, Sapiens Top Model es mucho más que un juego de palabras para un título. Es una llamada a reconciliarnos con lo que somos realmente: seres biológicos que sienten, seres culturales que dialogan y seres espirituales que buscan sentido.
Estas tres dimensiones están presentes en todo ser humano, aunque no siempre equilibradas. El malestar existencial suele aparecer cuando una de ellas domina o se descuida por completo. El reto está en armonizarlas conscientemente para construir un proyecto vital coherente.
Uno de los ejes clave de mi propuesta es la “alfabetización existencial”: aprender a conocerse, a decidir con libertad y responsabilidad, a vivir con sentido. Es decir, este modelo no se queda en la teoría, sino que propone herramientas prácticas para vivir mejor, desde la reflexión hasta la acción cotidiana. No se trata de seguir dogma alguno, sino de construir una vida más lúcida, coherente y abierta a la transformación personal y social.
Además, este modelo se valida al compararse con otros enfoques contemporáneos que también buscan comprender y orientar la vida humana desde una perspectiva integradora.
Así, con respecto a la Psicología positiva (Seligman) y el modelo PERMA (Emociones positivas, Compromiso, Relaciones, Sentido, Logro), el MEI comparte la búsqueda de un bienestar multidimensional. Sin embargo, Sapiens Top Model va más allá, al incorporar la base biológica y una noción más profunda de espiritualidad y trascendencia.
En cuanto a la Teoría del fluir (Csíkszentmihályi), el estado de flow se produce cuando hay equilibrio entre desafío y habilidad. Este estado óptimo se relaciona con la integración de las tres dimensiones del MEI: cuerpo presente, mente enfocada y sentido trascendente.
The Human Flourishing Program (Harvard), propone que el florecimiento humano depende de cinco elementos: salud, propósito, virtud, relaciones y estabilidad financiera. Aunque tiende a centrarse en variables externas y el MEI subraya la interioridad y la consciencia como núcleos existenciales, quizás sea el modelo más coincidente en cuanto a centrarse en la medición o cuantificación de este tipo de variables.
También el mindfulness y la espiritualidad laica (yoga, humanismo, naturismo,…) coinciden con el MEI en la importancia de la atención plena y el cultivo del ser interior. Si bien, Sapiens Top Model ofrece una estructura existencial que integra cuerpo, cultura y espíritu en un solo marco.
En definitiva, el MEI es una propuesta y referencia fácil y asequible para todos, ya que solo hace falta ser conscientes de las dimensiones existenciales que nos conforman y, al hacerlo, asumir que tenemos que cuidarlas. Lo mismo que sabemos y asumimos que tenemos que alimentar nuestra dimensión biológica para poder vivir, también debemos tener en cuenta una manutención adecuada para todas nuestras dimensiones existenciales.